por Christian Wiener Fresco
Sin duda, 2009 será un año que difícilmente olvidaremos en la pequeña comunidad cinematográfica nacional. Y es que fue un año de premios resonantes, polémicas encendidas, asambleas, gestiones y, sobretodo, definiciones, que de hecho repercutirán sobre el año que viene y, tal vez varios más años más.
Al inicio del año todo parecía auspicioso, con el incremento del presupuesto del CONACINE para los concursos (aunque todavía bastante por debajo de lo que manda la ley) y el Oso de Oro obtenido por “La Teta Asustada” en el Festival de Berlín, el trofeo más importante alcanzado por una película peruana en su historia, y que movilizó a la prensa y las autoridades oficiales como antes no se había visto en el país. El éxito de la película de Claudia Llosa se ratificó en los principales festivales de cine de América Latina donde la película participó, con excepción del Festival de Lima organizado por la PUCP, que tuvo de manera errónea como miembro del Jurado a la Presidenta del CONACINE quien, como fue de público conocimiento, tuvo además desafortunados comentarios e infidencias sobre sus colegas del jurado.
A raíz del triunfo de “La Teta Asustada” y su auspiciosa repercusión mediática y política, el Congresista Johny Peralta presentó, con el apoyo de la bancada del partido de gobierno, un proyecto de modificación de la actual ley de cine que recogía viejos anhelos de los cineastas nacionales para dotar de un presupuesto más consistente y sostenible al cine nacional (con una parte del actual impuesto municipal), y que los alcances de la legislación beneficien a toda la comunidad cinematográfica –entendiendo el proceso fílmico en su integridad- y no solamente a los productores. La citada propuesta fue apoyada por el CONACINE y los cineastas que acompañaron entusiastamente su presentación oficial en el Congreso el 18 de marzo.
Sin embargo luego el Consejo Directivo del CONACINE (o más bien su Presidenta y Secretario Ejecutivo) cambiaron de opinión y pasaron a apoyar una propuesta promovida por las distribuidoras Majors y las cadenas de salas de exhibición, que negociaron con la APCP (Asociación de Productores Cinematográficos del Perú) la cesión de todo el impuesto municipal en beneficio de ellos, y a cambio ceder de forma “voluntaria y temporal” un tanto por ciento para el fondo de apoyo a la producción, dejando de lado todas las otras medidas incluidas en el primer proyecto. Iniciativa impulsada por el inescrupuloso congresista fujimorista Carlos Raffo, con el apoyo de Luciana León (que también firmaba el otro proyecto), el desinformado Galarreta y el tránsfuga Isaac Mekler.
Fue ahí que se encendió la mecha en el gremio, especialmente porque gran parte nos sentimos burlados al no ser tomados en cuenta respecto a una decisión tan trascendental para el destino del cine nacional. La presidenta del CONACINE arguyó razones de tipo pragmático –por la supuesta viabilidad de la llamada “ley raffo”- y que el único gremio supuestamente existente, la APCP, había dado su aprobación a las negociaciones a favor de este proyecto (omitiendo que el otro lado, es decir los distribuidores y exhibidores carecían también de todo gremio constituido). Ante esta situación, un grupo importante y numeroso de cineastas nos reunimos en la sala del Cinematógrafo de Barranco promoviendo un comunicado de rechazo a la Ley Majors, y luego constituyendo un nuevo gremio de cineastas en su sentido más integral y amplio, legalizado como la Unión de Cineastas Peruanos (UCP).
Todo este proceso estuvo cruzado por una intenso debate público en los medios y especialmente en la red, tanto en paginas Web, Blogs y la lista de Cinemaperú (gran parte del cual esta registrado en este blog) que movilizó y definió posiciones no sólo sobre los apoyos a uno u otro proyecto, sino el tipo de cine peruano que se quiere construir, como pocas veces ha sucedido en el sector. Claro que no faltaron los que prefirieron mantenerse callados o hacerse los desentendidos de lo que estaba en juego, tal vez porque no querían enemistarse con algunos de los lados en pugna, así como quienes se refugiaron en preguntas y cuestionarios generales para no tener que tomar posición.
Paralelamente al tema de la nueva ley de cine, con ambas propuestas abiertas para el debate y aprobación en la Comisión de Educación del Congreso (que también tiene en su agenda los proyectos de la Ley de Mecenazgo de Luciana León y del ejecutivo para la creación del Ministerio de Cultura) y luego del Foro MADEINPERU realizado con bastante éxito el 30 de octubre en la ex sede del Senado de la República; se ha iniciado en el medio otro debate necesario sobre los concursos organizados por el CONACINE. Todo empezó con algunos requerimientos de cineastas y de la Junta Directiva de la UCP a varios incumplimientos de la ley y procedimientos discutibles en la realización de los mismos, que lamentablemente no tuvieron mayor respuesta de parte del organismo oficial de la cinematografía peruana. Al finalizar el año, este debate se ha renovado, en diversas blogs de críticos, con no poco escozor y a veces más personalismo que argumentos. Pero lo que se sigue extrañando en esta polémica es la voz de los cineastas de todo el país, temerosos tal vez de que hablar en voz alta pueda indisponerlos con quienes manejan el CONACINE y tienen decisión en el manejo de los fondos (que incluye también IBERMEDIA).
En cuanto a los estrenos peruanos, tuvimos un año bastante fructífero con 18 estrenos según registra APRECI, de los cuales 6 recibieron algún apoyo económico del CONACINE o IBERMEDIA, y el resto se hicieron con recursos propios o de coproducciones, y se exhibieron en circuitos comerciales, culturales y de festivales. Los resultados en taquilla de los filmes estrenados en salas comerciales fueron en general pobres y esquivos, aunque menos que la seguidilla de fin de año del 2008.
Sobre los festivales, siguió primando en el largometraje la selección del evento de la PUCP en su 12 edición, y en campo del cortometraje, el más nutrido fue FENACO en Cusco en su sexta convocatoria, que impulsó este año el Primer Congreso Nacional de Cortometrajistas. Otro festival en este formato es Filmocorto, mientras se sigue esperando el regreso de “La noche de los cortos”, y un nuevo festival a realizarse por primera vez en febrero del 2010 en Lambayeque.
Hubo otros hechos significativos en el año como la publicación de Chicho Durant respecto a la piratería cinematográfica, que se salió del libreto cancerbero del INDECOPI y las Majors; y el papelón de una de las empresas más significativas de este rubro, la Warner, cuando pretendió registrar con certificado de buena conducta y registro a lo FBI a los críticos que querían ver la última de Harry Potter en su conferencia de prensa. Y por último, claro, no puede dejarse de reconocer la buena noticia del incremento del presupuesto del CONACINE para el año 2010, gracias a la gestión de varios parlamentarios y funcionarios y la presidenta de la institución. Esperemos por tanto un manejo claro y transparente del mismo por la nueva Junta Directiva a elegirse en enero del nuevo año.
En suma, un año inolvidable.