Estimados y estimadas colegas:
Luego de un par de semanas ajetreadas me di un tiempo para revisar correos y me encontré con la carta de nuestros amigos y amigas de la APCP dirigida al congresista Peralta. Desde ya tengo que decir que me ha sorprendido y decepcionado gran parte de su contenido, por eso quiero compartir con ustedes algunas reflexiones surgidas a partir de su lectura, siempre con un ánimo constructivo y “en buena onda” como diría Jarcor, pero también con mucho ánimo de abrir polémica y sobre todo debate que ayude a entendernos y mejorar nuestras alternativas de producción audiovisual en nuestro país.
Veamos el primer punto del documento: “Respeto de la permanencia y vigencia de la Ley 26370 como ley rectora del cine peruano y cumplimiento por parte del Ministerio de Educación, de la entrega del 100% del fondo de financiación a CONACINE, como contempla la ley.”
Me parece acertado el punto, y es el momento de hacerlo. Ojalá los firmantes de este documento junto a la gente de la UCP nos animemos a hacer lobby en el Congreso para lograr la ansiada entrega de ese 100% que estipula la Ley 26370, aunque la verdad es que debiéramos pensar también en mejorarla y actualizarla, haciéndola más acorde a nuestros tiempos, a la tecnología y procesos de producción y difusión reales, no solo de aquellos que se dan en Lima sino también en provincias, y que garantice la exhibición final de las películas y su adecuada conservación para las futuras generaciones.
El segundo punto del documento dice: “Integración de las iniciativas de las leyes de los congresistas Peralta y Raffo para una mayor fuerza y peso en su sustentación tanto en la Comisión como en el pleno del Congreso”
¿Integrar dos propuestas de ley que en lo sustancial difieren bastante? Uno promueve el negocio de la exhibición y un apoyo voluntario al cine peruano, el otro, mayores recursos y mejores posibilidades para la producción nacional y regional, entre otras cosas más. Creo que la idea aquí es asumir un compromiso con nuestro cine y su futuro y elegir la ley que mejor nos represente y nos ayude a seguir produciendo no solo por un año o dos (que es el tiempo que normalmente duran las voluntades), sino por muchos años más. Ojo, es importante que nuestros amigos Distribuidores y Exhibidores entiendan también que la base de su negocio es el público que ve las películas que traen (la gran mayoría norteamericanas) , que se consume sobre todo en Lima y ciudades costeras (mas occidentalizadas por llamarlas de algún modo), que siempre han tenido ese impuesto municipal sin menoscabo de su crecimiento comercial y que si quieren crecer y ser exitosas en la sierra y selva por ejemplo, deben adecuarse a las demandas y consumos culturales de esas regiones, aliarse con sus cineastas, acopiar producciones regionales y abrir salas de proyección alternativas, para lo cuál, no necesitan de más incentivos porque ellos mismos lo vienen demostrando con la ampliación constante de su cobertura, abriendo más salas de cine o mejorándolas, aún con el impuesto vigente.
El punto 3 dice: “Derogatoria del 10 % del impuesto Municipal y su repartición en 3 partes iguales, una de las cuales debería ir al CONACINE para incrementar el fondo ya existente para la producción de películas y las demás labores de promoción del cine peruano que actualmente realiza”
En 3 partes iguales, una para el CONACINE y las otras dos ¿Para quienes? La respuesta es obvia pero sería bueno ser claros y transparentes en la propuesta, ¿no? Pero ojo, si se deroga el impuesto, ¡¡NO VA A HABER QUÉ REPARTIR!! ¿Quién hará la “chanchita” para la repartija? ¿Acaso serán nuestros “causitas” de la distribución o de la exhibición? ¿Lo hará el CONACINE? ¿La APCP? Creo que esta propuesta no tiene sentido, ¿no creen? ¿O está mal redactado? ¿Esto quiere decir entonces que nuestros amigos y amigas de la APCP insisten en el tema de la entrega voluntaria de la tercera parte del impuesto, que ya no existiría, sin ninguna regla de juego que ampare a los cineastas? Esto si que es confuso y decepcionante a la vez.
El punto 4: “Proponer un porcentaje alrededor del 5% del presupuesto del CONACINE, no para la producción de películas regionales, ya que estas pueden participar en los concursos generales del CONACINE que tienen carácter nacional, sino para la formación en talleres y seminarios sobre formas de producción, financiamiento y ejecución de proyectos cinematográficos”.
En otras palabras, los cineastas regionales NO SABEN HACER CINE, necesitan formarse en producción, financiamiento y ejecución de proyectos cinematográficos… y mientras se forman que compitan en “las ligas mayores” para que no tengan ninguna oportunidad… ¡Qué soberbio suena esto! ¡Y además que falso! ¿No? Nuestro amigo Palito Ortega, firmante de este documento, ya ha demostrado lo contrario y estoy seguro que otros cineastas regionales también lo harán ganando los siguientes concursos nacionales. La verdad es que TODOS necesitamos de esos talleres y seminarios, por tanto no es el lugar donde debería estar esta propuesta y por último debería redactarse mejor. Pero además, este punto demuestra el poco conocimiento que tenemos de nuestro país y sus actuales procesos políticos, económicos, sociales y culturales, y que seguimos pensando de manera centralista. Ojo, la descentralizació n y regionalizació n ya está en marcha, y aunque suene a estribillo de propaganda del gobierno, no se va a detener; con sus errores y faltas que se deben enmendar, será la forma en que vamos a funcionar de aquí en adelante. Claro, para ser honestos, la cultura sigue siendo para la mayoría de gobiernos regionales un proceso de segundo orden, cuando no un factor que genera gastos más que beneficios; sin embargo creo que en algún momento lo van a tener que ver. Y esto me lleva a preguntar ¿Se ha pensado al interior del CONACINE como se va a adaptar en este ya no tan nuevo escenario? Yo más bien pediría que el CONACINE se descentralice real y efectivamente, articulándose con los gobiernos regionales, promoviendo y difundiendo el cine nacional en las regiones, destinando mayores montos de ayuda económica focalizados, en un principio en aquellas regiones con cine emergente o en proceso de consolidación que ya vienen produciendo y exhibiendo exitosamente, y luego en donde todavía la producción está en semilla. Esto sería beneficioso no sólo para los cineastas regionales y nacionales sino también para distribuidores y exhibidores porque estaríamos creando un mercado -distinto, culturalmente hablando al de Lima, eso sí- pero potencialmente rico y en constante crecimiento. Entonces, no se trata de decir solamente “destinemos el 5% o eliminemos este fondo”. Sobre este punto aún hay mucho pan que rebanar y creo que nuestros amigos y amigas de la APCP no lo han analizado y discutido bien.
El punto 5: “Inadecuación de plantear el ingreso a planilla de los contratados para la ejecución de un largometraje que dura 4 semanas, encontrando otra forma con la que pueda cumplirse con que dichos contratados gocen de los beneficios sociales que correspondan.”
La verdad, “desconozco mayormente”, entiendo por donde va la cosa pero sí me gustaría saber cuáles son esas otras formas en que se pueden mantener los beneficios sociales que le corresponden a los que trabajan en una película y apoyar la propuesta porque la verdad, nadie más la ha planteado y es un punto que nos interesa a todos, ¿no?
Y finalmente el punto 6: “Revisión del artículo que propone crear una Cinemateca Nacional, dependiente del CONACINE, ya que existe una Filmoteca bajo la gestión del Centro Cultural de la PUCP, que viene cumpliendo esforzadamente esa labor, no necesitándose dividir recursos sino más bien sumar recursos para apoyar la Filmoteca ya existente.”
Al margen del trabajo que haga la Filmoteca PUCP, nuestros amigos críticos ya han planteado la importancia de una Cinemateca Nacional, distinta a lo que hace el Archivo Peruano de Imagen y Sonido. Yo solo quiero preguntar ¿A dónde van a parar las películas en 35 mm que el CONACINE exige a los ganadores de los Concursos de largometrajes? ¿La APCP lo sabe? ¿Se la entregan en custodia a la Filmoteca PUCP o al Archivo Peruano? ¿O acaso tienen un almacén propio? Por eso, desde mi modesto entender, urge una Cinemateca Nacional porque además con su existencia se trabajarían estrategias de promoción y difusión de nuestro cine, con copias buenas para exhibiciones en circuitos comerciales y no comerciales, tanto en nuestro país como en el extranjero. Creo que esto es mejor al hecho de tener que sacar mi película de la refri cada vez que el CONACINE u otra entidad me soliciten su exhibición, ¿no?
Bueno, amigos y amigas que llegaron hasta aquí, gracias por su atención. Considero muy importante que sigamos discutiendo y consensuando los diferentes puntos de vista que hay en relación a nuestro cine con la finalidad de arribar a conclusiones satisfactorias para todos. Esta es una oportunidad que no podemos perder. Nuestro CINE debe convertirse no solo en un proceso cultural sostenible sino también arraigado en los gustos y placeres de los peruanos y peruanas, pero para lograrlo, es necesario que todos participemos en su construcción, de una u otra forma, no solo haciendo películas sino también contribuyendo en la mejora de nuestras normas legales y nuestra organización. Por eso, saludo el esfuerzo hecho por mis amigos y amigas de la APCP para plantear sus propuestas, aunque no las comparta.
Un abrazo a todos y todas,
Carlos J. Marín Tello (17/02/2010)
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