El programa Cuarto Poder de América Televisión se proclama como el más importante y reconocido espacio de periodismo de investigación en la pequeña pantalla nacional. Sin embargo, el reportaje del domingo 11 de julio de Katia Duharte sobre la ley de cine, y titulado “La ley Teta”, distó mucho de serlo, acercándose más que al género del reportaje periodístico a su pariente apócrifa del publirreportaje o más comúnmente llamado “publicherry”.
Y es que de otra manera no puede calificarse una nota que se anunciaba diciendo que actualmente existen en el Congreso varios “interesantes” proyectos sobre cinematografía, pero que luego sólo menciona uno, como si fuera el único, la llamada “ley de masificación y Procine” promovida por los congresistas Carlos Raffo y Luciana León, con el apoyo entusiasta de la APCP, los exhibidores comerciales y los distribuidores Majors. El otro proyecto, del congresista Cabrera, ni siquiera es mencionado por la “imparcial” reportera, y mucho menos interrogado alguno de su propiciadores, repitiendo la sempiterna practica colonial y oligárquica del ninguneo. Otro actor fundamental que se deja de lado son los Municipios, que a pesar de estar directamente implicados por el mencionado proyecto, ni siquiera se dignan a consultarle su opinión al respecto.
Pero las omisiones más graves de “La ley Teta” no son solamente a las voces disidentes del coro cacofónico de entrevistados que acompañan la recopilación de escenas de películas peruanas. Porque el objetivo de la nota es también disfrazar y desinformar al público poco enterado respecto a los fondos que recibiría el cine peruano con esta ley, al no mencionarse que estos aportes serán vía un Convenio “voluntario y temporal”, y que de ese importe tributario que antes era de los municipios, los mayores beneficiados económicamente no serán los cineastas sino los exhibidores y principalmente los distribuidores de cine extranjero, más conocidos como los Majors.
Por supuesto que tampoco se dice nada sobre el cine peruano en las regiones, la desprotección de los trabajadores cinematográficos, la falta de apoyo a la cultura cinematográfica o la inexistencia del patrimonio audiovisual; porque esos temas no interesan, ni tienen grandes lobbys que lo promuevan.
En suma, una vergüenza y una pena, porque espacios en los medios así para un tema como el cine peruano no se consiguen todos los días. Lastima que sólo haya servido para la promoción de una congresista ávida de votos, y no efectivamente para impulsar al cine nacional, que espera más bien reales consensos y decisiones en conjunto de sus cineastas, que empiezan por reconocernos entre todos, antes que hacerse “cherrys” por su lado.
1 comentario:
Bien Christian,siempre al tanto. Un abrazo.
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