LA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA NACIONAL
Cuando el 18-10-1994 se publicó la Ley N° 26370 (Ley de Cinematografí a Peruana) creímos que ella sería la solución a los problemas de nuestra cinematografí a, y que los talentos que pugnaban por entregarnos sus esfuerzos plasmados en cintas cinematográficas (en ese entonces, puesto que hoy debemos de tener en cuenta los avances tecnológicos, como la tecnología digital, por ejemplo), abrazarían sus sueños y asistiríamos a eventos que ya intuíamos serían obras magistrales, competitivas y de la mejor calidad. Para entonces, ya se había producido Maruja en el Infierno, Gregorio, La fuga del Chacal, entre otros filmes.
Empero, no ocurrió así. Como siempre, las promesas incumplidas, las transferencias jamás realizadas por parte del Ministerio de Educación, a pesar de estar consignadas en las partidas presupuestales, han puesto en jaque a nuestro cine nacional, ubicándonos como uno de los más rezagados en el continente.
A la fecha, el Consejo Nacional de Cinematografí a (Conacine) ha dejado de percibir a lo largo de estos últimos 10 años (1996-2006), la cuantiosa suma de S/. 52, 338, 210.00, que de seguro hubiese aliviado en algo “la imagen de nuestra sociedad, de nosotros mismos”, a decir de Alfonso Cueto.
Con tremenda satisfacción hemos tomado conocimiento de una propuesta legislativa presentada por el Congresista Jhony Peralta Cruz, signada con el Número 3091/2008-CR, “Ley de Fomento a la Producción Cinematográfica”, avalada, qué duda cabe, por los operadores de la cinematografí a nacional, que, en cierto modo, recoge las experiencias de la Ley de Cine de Colombia, en el sentido de proponer la creación de una contribución parafiscal del orden del 5%, monto que tendrá como base de cálculo el valor de las entradas para los espectáculos cinematográficos.
La parafiscalidad es una institución jurídica que no alcanza el grado de tributo, sin embargo, es un recurso que se crea por ley, y que constituye un ingreso de una determinada entidad privada y sirve para solventar sus gastos. Tiene una característica especial: No figuran en el presupuesto general de la República.
La norma propuesta permitirá al Conacine contar con los medios económicos que permitan una mayor agilidad y dinamismo en la producción cinematográfica, además de consolidar obras de arte que se encuentran, todavía, en mundos oníricos, y que pronto encontrarán el puente de comunicación, para expresarse con mágico lenguaje de figuras exquisitas, en obras magistrales, para deleite de nosotros los usuarios.
Saludamos la propuesta legislativa del congresista piurano que tiene como propósito el fomento de la creación y producción de obras cinematográficas peruanas, que servirán para afirmar nuestra identidad cultural, dado que este es un fenómeno que crea, que aporta presupuestos para la formación de la cultura. El sétimo arte es un producto que no podemos desdeñar. Hacemos voto por su pronta aprobación, luego de los debates que la ley exige.
Teodoro Castro Contreras CPC.
Profesor de la UNMSM.
Asesor del Congreso
Publicado en el Diario El Peruano (24/08/09)
30 de agosto de 2009
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