El último comunicado de la APCP aparecido el domingo 28 de noviembre en Cinemaperú, parace más preocupado por las formas que el fondo. Al tomar como ataque o agresiones cualquier opinión o discrepancia sobre sus puntos de vista y valoraciones, la APCP olvida que, más allá del subjetivismo y las sensibilidades extremas, lo que se discute son ideas, posiciones y soluciones reales, alejadas del corto plazo y el cálculo político. Por otra parte, jamás hemos insultado o agraviado personalmente a ninguno de los miembros de ese colectivo, como sí lo ha hecho con nosotros, por ejemplo, y muy recientemente, el congresista Raffo por el Twitter, llenándonos de adjetivos y acusaciones. La diferencia es que frente a esos insultos no nos “victimizamos”.
Todos, por cierto, queremos incrementar el presupuesto de CONACINE, pero no tan sólo para hacer más películas, sino asimismo para tener una cinematografía que se desarrolle a plenitud y no llevada de la mano tutora y limitante de quienes dominan monopólicamente nuestra cartelera comercial. Sin mayores argumentos, la APCP insiste en su última comunicación en que “la única posibilidad real de tener un sustancial aumento del presupuesto de CONACINE es ayudando a la promulgación de ese proyecto de ley” (que no es otro que el de las Majors), tratando de maquillar el asunto, otra vez, con el argumento de que “más adelante” se podrá lograr mejores condiciones y una ley más integral. Sin embargo, conviene una vez más preguntarse, ¿ley integral sobre la base de qué, cuando se entrega el principal recurso, vale decir el impuesto municipal al boleto? Escamoteando, además, que este quedará de por vida en manos de los distribuidores y exhibidores, para que buenamente nos den, cuando puedan y quieran, mediante un "óbolo cinematográfico" o convenio temporal, sólo un 3.3%.
Luego dicen que son frontales, cuando la comunidad cinematográfica entera recuerda que se adhirieron con la presidenta del CONACINE al proyecto original de Calos Raffo y Luciana León, que “generosamente” otorgaba el 1.6% a CONACINE, sin informar siquiera a la comunidad de esa decisión, y parecen olvidar su comportamiento huidizo y esquivo todo el año pasado y a principios del 2010, al punto que tuvo que ser nuestro gremio el que difundiera sus propuestas alcanzadas al congresista Peralta. A iniciativa nuestra, sin embargo, mantuvimos en junio de este año conversaciones para buscar un consenso entre ambos gremios, tal como informamos varias veces a nuestros asociados y cineastas en general, y llegamos a propuestas comunes no sin mediar el debate, señalando claramente nuestros puntos comunes y nuestras discrepancias. Y mucho se avanzó, pero lo cierto es que no se pudo lograr acuerdos más importantes porque, más allá de que hubo la intención real de buscarlos por ambas partes, resultaba imposible por la distancia que separa ambos proyectos, tanto en sus principios como en sus propuestas centrales, y que por cierto no se reducen a una diferencia del 0.7%, ya que, igualmente, podríamos preguntarle a los colegas de la APCP, ¿por qué no siguieron apoyando el 4% que acordamos en la reunión de octubre para llevar al Congreso, y retrocedieron de nuevo al 3.3%? Evidentemente, la presión de los políticos, distribuidores y exhibidores pudo más.
Pero más allá de las anécdotas y entredichos, lo que nos hubiera gustado es que los colegas de la APCP aborden los temas de fondo: el porcentaje y la modalidad de las aportaciones. Por nuestro lado, antes que andar en subjetivismos, hemos promovido el dictamen jurídico y muy bien fundamentado del Dr. Jorge Bravo Cucci, y hemos presentado el escrito del propio bufete legal de los distribuidores trasnacionales; ambos coinciden en que la contribución parafiscal es perfectamente factible y legal, y el primero descalifica, incluso como inconstitucional, que mediante una ley se quiera obligar a las partes a celebrar un convenio privado.
En fin, creemos que a estas alturas resta ya muy poco por decir sobre los proyectos de ley, quedando tan sólo esperar el debate final en el Congreso, donde se definirán las cosas. Ciertamente lamentamos que los cineastas peruanos vayamos desunidos a este momento tan importante, pero no ha sido por responsabilidad nuestra, ya que si hubiera existido verdaderamente la voluntad y disposición de defender nuestros derechos y no sacrificarlo todo por una promesa económica incierta y del momento, de alcances a corto plazo, lo lógico y natural sería que estuviésemos juntos. Sin embargo, nuestros colegas de la APCP prefieren aliarse con las empresas distribuidoras trasnacionales y los consorcios de la exhibición (que maltratan los estrenos nacionales) en busca de consagrar una ley que, como recientemente Rosita Rodríguez ha venido demostrándolo con su análisis, es una burla a la inteligencia y un bochorno a nivel internacional (con las Majors asesorando guiones y trayendo más copias como su "obligación").
Que la historia nos juzgue.
Consejo Directivo
Unión de Cineastas Peruanos (UCP)
Lima, 29 de noviembre del 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario