La Unión de Cineastas Peruanos saluda la decisión del Presidente de la República de observar la Ley de Masificación del Cine y Fomento de la Producción Cinematográfica Nacional aprobada hace algunas semanas por el Parlamento. Era lo inevitable ante una norma que estaba viciada desde su origen, pensada más en función de los intereses y las necesidades de las empresas de exhibición y distribución comercial, en vez de favorecer al cine nacional e impulsarlo como industria cultural moderna y sustentable.
Eso no significa oponerse a que el cine peruano tenga más fondos de los que el Estado destina anualmente, y de manera incompleta, al CONACINE, pero no de la manera ni en los alcances que planteaba esta propuesta. Más aún si como dice el mandatario, por el apresuramiento –y falta de consenso, agregaríamos nosotros– con que se originó este texto legal “terminábamos retrocediendo en vez de avanzar para fomentar el cine nacional”, refiriéndose a la pérdida de las partidas presupuestales al CONACINE determinadas en la Ley 26370. También el Presidente García hizo alusión al reclamo de los cineastas regionales, pidiendo que la ayuda del Estado “se descentralice y no se focalice sólo sobre los cineastas que tienen cierta notoriedad” y mayores posibilidades, lo que se profundizaba con la llamada Ley Procine, que tal como fue aprobada sólo destinaba el 3% para los cineastas de los 23 departamentos del Perú.
Pasada la hoja de este capítulo, los cineastas peruanos debemos sacar lecciones de lo ocurrido para no repetir errores que nos llevaron a esta situación. Una de ellos es no volver a incurrir en apresuramientos y suscripciones de acuerdos y compromisos sin mayores debates ni consultas con todos los involucrados, más aún ahora que luego de la observación presidencial, el tema de la ley vuelve al terreno del Legislativo.
La primera gran cuestión que deberíamos dilucidar entre todos los cineastas, agremiados o no, es si nos contentamos con hacer maquillajes y algunas modificaciones al proyecto observado, conservando su espíritu y esencia básica, o si, por el contrario, optamos por una verdadera ley de cine, integral, inclusiva, descentralizada y acorde al desarrollo de las nuevas tecnologías y a la realidad de nuestro país, que no se limite a tratar de proveer más fondos para lo mismo, sino más bien reestructurar y reimpulsar por completo al cine nacional.
En ese sentido consideramos auspicioso el espacio de diálogo y búsqueda de consenso abierto entre los gremios de la UCP y la APCP, que ahora se desarrolla con la intermediación del Ejecutivo a través del Ministerio de Cultura. Pero incurriríamos en otro nuevo y repetitivo error si este espacio abierto de debate y acuerdo se restringe a estos actores, más allá de invitar a representantes del comercio cinematográfico. Es necesario que en este proceso participen también quienes han tenido un protagonismo importante y diferenciado, como los cineastas regionales, independientes, no agremiados, cortometrajistas, técnicos, críticos, docentes, exhibidores culturales, y empresas proveedoras de equipos y servicios, que conforman el conjunto de la cinematografía nacional.
Por lo pronto, nuestro gremio se compromete a impulsar el más amplio, sereno y democrático debate respecto a la Ley de Cine y el tipo de desarrollo cinematográfico que en conjunto debemos plantearnos. Otro compromiso es proponer y explorar nuevas fuentes y formas de financiación para el cine nacional, que escapen del círculo vicioso en que se entrampó el debate de la Ley en el Congreso, y que pueda incluir –y no marginar– a los municipios.
Creemos que es hora de la reflexión madura y propositiva al interior de la comunidad cinematográfica, recogiendo lo positivo de toda esta historia, como es el sentir mayoritario de la opinión pública a favor del cine y la cultura nacional. No desperdiciemos este capital moral sólo por el inmediatismo de conseguir algo más de recursos a cualquier precio, y tampoco desaprovechemos el interés hoy generado entre los propios cineastas y amplios sectores del Congreso, el Ejecutivo y amplios sectores de la sociedad a favor de nuestro sector.
Unión de Cineastas Peruanos (UCP)
15 de enero de 2011
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