23 de mayo de 2010

Cambios en cine español y coproducciones

Cineastas contra la orden (España)

La Ley de Cine aprobada por el parlamento español en el año 2008 satisfacía muchas demandas reclamadas por amplias partes de la industria española desde hacía muchos años. Dicha ley debía ser desarrollada por una serie de normas legales que articulasen y definiesen la puesta en práctica de dichos cambios. En el año 2009 el Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA) -órgano dependiente del Ministerio de Cultura- empieza a trabajar en la redacción de una nueva Orden Ministerial. Este documento regula, entre otros aspectos, las ayudas estatales al cine y es una de las normas legales más influyentes en la cinematografía española. Tras acceder al primer borrador de la orden un grupo de cineastas españoles (directores, productores, actores, técnicos, críticos, profesores...) decidimos agruparnos en el colectivo Cineastas contra la Orden para mostrar nuestro descontento con el rumbo tomado y tratar de modificar la orden antes de su entrada en vigor.


SOBRE COPRODUCCIONES

¿Cómo creemos que pueden afectar los cambios a las coproducciones internacionales, especialmente a las Iberoamericanas?

Las coproducciones internacionales en las que participe un productor español optarán a las ayudas en las mismas condiciones que una película española, con la salvedad de que el límite para las ayudas importantes se fija en 1,5 millones de euros en vez de en 2 millones de euros. Es importante señalar que estas cantidades se refieren a la aportación del productor español, y no a la totalidad del presupuesto de la película.

Esto implica que el coste acreditado por el productor español debe superar los 600.000€ si desea obtener alguna ayuda y, si desea obtener una ayuda significativa, superar 1.500.000€. ¿Cuántas películas van a poder seguir este esquema? ¿Cuántas coproducciones realizadas en los últimos años podrían haberse ajustado a estos presupuestos?

Dado que España carece de otros programas y fondos específicos que permitan la coproducción puramente financiera que sí existen en algunos países europeos (Fond Soud, World Cinema Fund o Vision Sud Est, por ejemplo), la única vía que permite cierto retorno financiero al productor español pasa por establecer coproducciones técnico artísticas, y el marco para ello es el ICAA, IBERMEDIA y algunos fondos regionales y programas específicos como RAICES.

En este sentido, también queda invalidado el acuerdo al que se llegó en la Reunión de Autoridades Cinematográficas de Valparaíso (2005), sobre la interpretación concertada del Acuerdo Iberoamericano de Coproducción Cinematográfica. Dicho acuerdo definía que las aportaciones de los países debían medirse en términos cualitativos y no cuantitativos, con lo que se buscaba equilibrar las contribuciones de los países coproductores y facilitar la participación de aquellos con moneda más débil.

Estos cambios afectarán también al desarrollo y al espíritu del programa Ibermedia, que desde sus inicios había tenido la clara vocación de estimular las cinematografías latinoamericanas. Un elemento clave para ello era la coproducción minoritaria por parte española, que permitía optimizar el diseño de producción de una película mediante la colaboración técnico artística. Dado que estas coproducciones minoritarias por parte española no serán factibles por lo expuesto anteriormente, el 100 % de las películas que España aprobará en las reuniones del programa Ibermedia serán coproducciones mayoritariamente españolas, con el perjuicio que esto supone para la diversidad cultural, social y temática.

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