En primer lugar la APCP pide disculpas a sus asociados y a la comunidad cinematográfica nacional por haber mantenido un prudencial silencio durante el fin de semana pasado. Ante el señalamiento por parte de un blog de que aparentemente se habría producido un error en la redacción final del proyecto aprobado el jueves 16, tomamos la decisión de hacer la averiguación pertinente con las personas especializadas en el Congreso de la República. Y efectivamente así había sido. De manera involuntaria, y a partir de introducir una serie de cambios que se hacen a la Ley 26370 en lo referente a los concursos, hemos cometido el error de no proteger el aporte del Estado que consignaba la actual Ley. Todos los proyectos de ley que se sucedieron al proyecto inicial del congresista Peralta consignan un texto similar y por tanto un error semejante, por lo que queremos dejar claramente expresado que jamás ha estado en nuestra voluntad, ni en la voluntad de los congresistas que están apoyando el proyecto, eliminar o disminuir el actual presupuesto de Conacine. Por el contrario, como es evidente en el contenido general del proyecto aprobado en el Congreso, nuestro objetivo es aumentar el presupuesto de Conacine sumándole los ingresos que provengan de Procine en el nuevo proyecto.
Vamos a volver a explicar las razones por las cuales nuestro gremio ha apoyado el actual proyecto APROBADO en el Congreso. Creemos que hablando con la verdad en la mano, sin apelar a la demagogia que suele ser usada para caricaturizar y simplificar las cosas, terminaremos por convencer o, al menos aclarar, a los que tengan la mente abierta y la voluntad de comprender:
1) Hace ocho años que venimos presentando iniciativas legales para buscar incrementar los fondos de ayuda a la producción del cine peruano. En estos ocho años aprendimos, entre otras cosas, que la única probable fuente de financiamiento tendría que venir de la propia actividad, es decir del cine extranjero que se exhibe en nuestras pantallas. Los municipios cobran el 10% de la entrada cinematográfica y ese impuesto está intentando ser derogado por los exhibidores también desde hace mucho tiempo. Cada vez que hemos impulsado un nuevo proyecto para tratar de captar parte de ese impuesto, nos hemos encontrado con la oposición del gremio exhibidor y con la oposición de las municipalidades que se niegan a perder ese beneficio, aún cuando hoy carece de justificación por los obvios cambios que se han producido en los actuales sistemas de exhibición de películas.
El año pasado, tras largas gestiones, se logró avanzar con el proyecto que trabajamos junto al congresista Peralta pero el proyecto se truncó como siempre. Al margen de eso y de forma paralela, estaba presentándose un proyecto del congresista Raffo que proponía la eliminación del impuesto municipal (que reiteramos: es algo que tarde o temprano terminará sucediendo); con el proyecto Peralta amontonado en el eterno cajón de los proyectos frustrados en favor del cine, tomamos la decisión de buscar la forma de fusionar ambos proyectos porque con ello conseguíamos el apoyo de todas las bancadas del Congreso (excepto una: la nacionalista), es decir conseguíamos lo que no habíamos tenido en el pasado: la posibilidad real de llegar, con real respaldo de las distintas fuerzas políticas, a debatir en el Pleno del Congreso un fondo de ayuda al cine peruano. Y nuestro camino fue el acertado: llegamos a esa instancia -después de muchos años- y logramos la aprobación del proyecto: a partir de la promulgación de la ley, el 3.33% de cada entrada que el espectador pague por ver una película en los cines del Perú, irá directamente a Conacine para ayudar al financiamiento de películas peruanas. Hoy, el estado subvenciona cinco o seis películas por año, con el fondo Procine se producirán el doble y con el tiempo quizás hasta el triple.
2) ¿Cuáles son las diferencias entre la propuesta nuestra y la del grupo opositor? Que en lugar del 3.3% del impuesto sea el 4%. Un 0.7% es lo que separa ambas posiciones: ese porcentaje es el que les otorga el derecho de llamar traidores a sus colegas y de acusarnos de estar vendidos a las trasnacionales. La UCP pretende negar que hubo un acuerdo en ese sentido pero hay muchos testigos de ello: nosotros no mentimos.
La segunda diferencia es la forma en que llega ese dinero a Conacine: para la UCP el camino es a través de un impuesto parafiscal que lamentablemente no es aplicable al caso. Hechas las consultas entre los especialistas legales del propio Congreso nos aseguraron, cuantas veces preguntamos, que el Congreso NO PUEDE crear impuestos y que si se presenta un proyecto en ese sentido se quedará atascado en la Comisión de Economía. Le consultamos al propio presidente de la actual Comisión en estos últimos días y nos confirmó que un proyecto con ese sustento económico no podría ser aprobado. ¿Por qué insiste la UCP en un mecanismo que sabe que no será aprobado en el Congreso? Quizás sus dirigentes no estén interesados en que realmente haya un incremento de fondos para el cine peruano porque ni producen ni dirigen películas. No lo sabemos pero en todo caso, por la vía que proponen, las posibilidades de aprobar un proyecto son absolutamente remotas.
La APCP decidió aceptar la única vía que resultaba posible para hacer avanzar la ley hacia su aprobación: un convenio entre las partes, blindado al máximo, con la validez de un contrato y con el apoyo del Ministerio de Cultura.
Esas son las grandes diferencias, al menos a ello habíamos llegado cuando se buscó una propuesta común y no se pudo lograr a partir de esas diferencias. ¿Tanta distancia había como para llegar a las acusaciones desproporcionadas a las que se ha llegado? Lo que hay es demagogia pura y dura.
3) Creemos que hay una diferencia muy clara de seriedad en uno y otro planteamiento. ¿Se puede plantear, demagógicamente, en la carta al Presidente que nuestro proyecto no fue consultado con las municipalidades?, ¿Ignora acaso la UCP que las municipalidades están abiertamente en contra de cualquier proyecto que disminuya sus ingresos? Claro que no. Hemos trabajado juntos para buscar la forma de conseguir saltar esa valla opositora que siempre fueron las municipalidades ¿y ahora resulta que quieren consultarles? Si ya saben la respuesta tal como la sabemos nosotros, ¿no es un ejercicio de pura demagogia incluir ese tema en la carta referida?
4) Queremos aclarar una falsedad más propalada por la UCP: no es verdad que nuestro proyecto no haya sido debatido en la Comisión de Economía. Fue debatido y votado como consta en el acta respectiva con la aprobación de todos los miembros y sólo una abstención: la del congresista Silva del partido nacionalista.
Tampoco es verdad que la APCP haya buscado sabotear las reuniones de la Comisión de Educación. Se produjeron dos reuniones en dicha Comisión; en la primera se discutió el proyecto pero no se pudo votar por falta de quorum (Sólo habían dos representantes del nacionalismo, y no estaba el congresista Cabrera, gran ausente aquí y en la sesión plenaria, con lo que demostró su gran "interés" en la problemática de nuestro cine). Y en la segunda tampoco hubo quorum. Y ello fue causado por la obvia voluntad del grupo nacionalista de evitar que el proyecto llegue al Pleno del Congreso. Pero llegó y, luego de un debate abierto, se logró aprobarlo por una abrumadora mayoría.
5) Un tema que queremos aclarar de cara a los cineastas de las diferentes regiones es que en nuestro proyecto, el 20% del fondo Procine que está destinado al fomento del cine regional, será respetado. La reducción que se hace al 3% no refleja el espíritu de nuestro proyecto y lucharemos para que en el reglamento se respete el íntegro del 20%.
En ese mundo de blanco y negro que presenta la UCP todo se reduce a caricaturizar y eso tiene efecto, tiene el efecto del primer impacto, del golpe superficial. Pero si vamos al fondo, si buscamos honestidad en los planteamientos y auténtica eficacia en los resultados estamos viendo hoy, y veremos más claramente cuando pase el tiempo, quién buscaba realmente ayudar a que se haga más cine en el Perú y quién está buscando protagonismo y debate ideológico aunque esto traiga por tierra cualquier esfuerzo efectivo (como llegar a una sesión plenaria del Congreso y aprobar una ley) que se haga por ayudar a los cineastas a producir películas.
Retomando las primeras líneas de este pronunciamiento, nosotros, a partir de que aceptamos el error cometido, hemos buscado la mejor y más rápida solución al problema suscitado. Nos hemos reunido con el Oficial Mayor del Congreso, con el Presidente de la Comisión de Economía y con los congresistas que han ayudado en este proceso y hemos solicitado una Aclaración por Error Material (usando el lenguaje congresal) a la Comisión Permanente del Congreso que debe resolver esto antes del 31 de diciembre. Si es aprobado nuestro pedido, será restablecido el artículo original. Si no lo consiguiéramos, nosotros mismos, sin esperar la observación del Ejecutivo, retiraríamos el proyecto de ley para corregirlo a partir de marzo del próximo año. El gran inconveniente de no conseguir la aprobación en lo que queda del año es que perderíamos todo el aporte del 3.33% del año 2011 porque las leyes que afectan temas tributarios entran en rigor el 1 de enero de cada año.
Esa es la actual situación desde nuestra perspectiva. Es probable que la gran presión mediática conseguida a partir de ideologizar el debate, de desinformar y caricaturizar, trunque nuestro objetivo de dotar de una fuente de financiamiento a nuestro cine. Si esto se produce, la historia nos mostrará cuantas películas posibles se dejaron de hacer por este grupo más interesado en pelear y agraviar que en conseguir resultados reales para nuestro cine. Mientras tanto y ocurra lo que ocurra, nosotros seguiremos a la búsqueda de mejores posibilidades para hacer películas en el Perú: ese es y ha sido nuestro principal objetivo en estos dos arduos años.
La Junta Directiva
Gustavo Sánchez, Francisco Lombardi, Nathalie Hendrickx y Frank Pérez Garland
21 de diciembre del 2010
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