22 de diciembre de 2010

Persistir en el error

En su lista de twitter, el vocero de la Ley Majors, el señor Raffo, nos informa que ha elaborado un oficio solicitando a la Comisión de Economía una votación de aclaración de la Ley Procine. En otras palabras, que la autógrafa del Congreso para elevarla al Ejecutivo queda por el momento postergado hasta que los padres de la patria revisen la nueva versión del proyecto Majors, corrigiendo el monumental error del presupuesto. Sesión que, por tratarse de fin de año, tal vez no se realice sino hasta principios de enero

¿Y adivinen con quienes estuvo solucionando su propio estropicio el señor Raffo? Pues con los solícitos colegas de la APCP, que hasta el momento permanecen totalmente enmudecidos frente al papelón de celebrar una ley que, entre otras perlas, eliminaba el presupuesto del CONACINE. Lo que quiere decir que a pesar de todo lo que se ha dicho, ellos persisten en defender lo indefendible, y aliarse con el mismo demonio con tal de tener disque un poco más de dinero.

Si los colegas de la APCP tuvieran un mínimo de dignidad, deberían haber exigido explicaciones públicas a los asesores de los congresistas Raffo, León, Peralta, Mekler y no se que otros más, porque no fueron capaces en casi siete meses de redactar un texto legal que garantice algo tan sencillo como la continuidad de los fondos del CONACINE, lo que si se mencionaba en el proyecto Cabrera. ¿Simple descuido? Hay que ser bien ingenuos para creer que lo que hace Raffo y las Majors no tiene una segunda intención y yuca escondida, antes que pura improvisación. Pero claro, eso es REALISMO, aunque más parece SURREALISMO.

Se que no es el momento de los reproches, pero también es necesario y pertinente preguntarse qué hicieron los negociadores de la APCP, que tuvieron ojos que no vieron, sin descubrir que la ley que tanto defendían no garantizaba el presupuesto actual del Conacine. ¿Y cómo no alertó del asunto la Presidenta del Conacine, que decía que la función del organismo era garantizar esas partidas y, sin embargo, por lo bajo negociaba con las Majors a favor de esta misma ley? Son demasiados estropicios juntos que algún día tendrán que responder por ellos.

Nosotros, en la UCP, que fuimos tantas veces vilipendiados y acusados, no sólo por colegas sino por el propio congresista Raffo, podemos decir que muchas de las cosas que están pasando las advertimos en su momento, pero no se nos quiso escuchar ni prestar atención. Entre otros documentos públicos, esta la carta abierta de la UCP publicada el 29 de mayo, donde dijimos, textualmente: “Y si se lee aún con mayor detenimiento, se verá que el mencionado proyecto (de Raffo) no menciona para nada mantener el financiamiento de la Ley actual 26370. Y a buen entendedor, esto significa dejar el financiamiento futuro del cine peruano en manos de las Majors. La faena completa: más ingresos y el control del financiamiento. ¿Esto es ser realista?”


A estas alturas, el accionar de los dirigentes de la APCP revela que ellos están en cualquier cosa, menos en la defensa del cine peruano. En estas circunstancias, resulta imposible un diálogo, que resultaría de sordos, con una parte empecinada en lograr “su ley” sin importarle la opinión del resto de la comunidad y de la propia opinión pública, que cada vez va tomando más conciencia de todo lo que representa esta vergüenza. Nosotros, que a lo largo de este proceso, propiciamos y estuvimos siempre abiertos al diálogo y la búsqueda de la unidad del gremio, hemos manifestado y lo reiteramos ahora, que sólo volveremos a conversar con alguna de las partes, luego de la observación presidencial de la Ley y su retorno al Congreso. Y de la Ley Raffo en su integridad, no sólo el tema del presupuesto del Conacine.

Adicionalmente, creemos cada vez mayor cantidad de personas que es necesario que la Presidenta del Conacine de un paso al costado en su cargo. Ello no significa negar los logros de su gestión, especialmente en el campo del aumento presupuestal, pero las últimas revelaciones de manejos ocultos con las Majors y su accionar como Presidenta en todo el debate de la Ley, creo que la descalifican moralmente para continuar al frente de la institución que representa al conjunto de los cineastas peruanos.

Son horas de decisiones, algunas duras pero inevitables si queremos que las cosas cambien y, como decía Guillermo, se oxigene un poco la cinematografía nacional. Hay que dejar en claro que no se trata de asuntos personales, sino de función y éticos, imprescindibles para representar un gremio como para presidir una institución. Más aún, ahora que hay que luchar contra la arremetida de las Majors con sus políticos lobbystas.

Christian Wiener

No hay comentarios: