31 de diciembre de 2010

Comunicado Nº 32 de la UCP

El día de ayer, jueves 30 de diciembre, se dieron inicio a las conversaciones acordadas el martes 28 de diciembre, entre los representantes de la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú (APCP) y la Unión de Cineastas Peruanos (UCP). Como ya es de conocimiento público, el objetivo de estas negociaciones es que ambos gremios soliciten al Presidente de la República la observación de la Ley de Masificación del Cine y Fomento de la Producción Cinematográfica Nacional aprobada en el Congreso, adjuntándole las propuestas conjuntas de modificación de la Ley en cinco puntos básicos para su pronta reformulación en el Legislativo.


El inicio del diálogo ha sido auspicioso, esperando lograr culminar en un resultado satisfactorio para todos. En los próximos días, confiamos en arribar conjuntamente a acuerdos definitivos en los temas acordados, que venimos discutiendo, y que pondremos inmediatamente en conocimiento de la comunidad cinematográfica y opinión pública en general.



Aprovechamos la oportunidad para desear a toda la comunidad cinematográfica peruana nuestros mejores deseos para el nuevo año, esperando que en el 2011 se concrete por fin la ley de cine que todos los cineastas deseamos.

Unión de Cineastas Peruanos
31 de diciembre del 2010

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Los cineastas peruanos en tregua

Acaso contagiados por un tardío espíritu navideño o por las promesas de hacer mejor las cosas el nuevo año, los cineastas agrupados en la Asociación de Productores del Perú (APC) y la Unión de Cineastas del Perú (UCP) lograron ayer coincidir en un acta de consenso que posterga por breve lapso la aprobación de la Ley de Masificación del Cine y Fomento de la Producción Cinematográfica para ponerse de acuerdo.


Hay que decir que el clima imperante en la sesión de la Comisión Permanente del Congreso era favorable a una corrección de las erratas contenidas en el texto aprobado con imperdonable apuro en la última sesión de la legislatura ordinaria, el cual suprimía de un plumazo los artículos 17 y 24 de la vigente Ley de Cine (la 26370), con lo cual el supuesto incremento logrado a costa de la supresión del impuesto municipal quedaba en nada, al retirarse al Estado la obligación de aportar anualmente fondos por el equivalente a dos millones de dólares para financiar a través del Conacine un sistema de concursos y de premios para cortos y largometrajes.


Sin embargo, los dos gremios lograron acuerdos no solo sobre la restitución de los artículos cercenados de la Ley de Cine, sino sobre el estudio de un mecanismo de recaudación y orientación del impuesto municipal e incluso sobre un reparto que podría ser más beneficioso y abarcar el cine regional. Al mismo tiempo se quedó en tratar el tema de los derechos laborales del gremio cinematográfico.


Hay quienes consideran que las posiciones de ambos organismos gremiales se encuentran más próximas que lo que quisieran reconocer, y que un debate sereno sobre los puntos señalados podría conducir a acuerdos que beneficiarían a todos. El quid del asunto consiste en hacer oídos sordos a aquellos que constantemente están buscando envenenar las relaciones en una comunidad profesional que es tan pequeña que no puede permitirse la alternativa absurda de una división.


Ahora bien, producido el acercamiento entre las partes, interesa subrayar que el tiempo para lograr una revisión del texto aprobado no se mide en meses sino en semanas, es decir el tiempo que dure la actividad de la Comisión Permanente. Pues la situación legal del proyecto que requiere corrección es anómala y no puede eternizarse. Lo decimos porque el acuerdo alcanzado implica que el Congreso no envíe por el momento la autógrafa del proyecto hasta que sea corregida, pero esta situación –que implica una especie de limbo legal– no podría prolongarse.


Lo ideal sería que los cineastas, sea o no con ayuda de un mediador, se pongan de acuerdo sobre las modificaciones que deben hacerse al texto en los próximos 15 días, la Comisión Permanente las apruebe y envíe la autógrafa al Ejecutivo para su promulgación. Cualquier demora en los plazos significará volver a comenzar un proceso que ha durado demasiado.

Otro punto de vista:

http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/12/claridad-ante-todo-por-eduardo-quispe.html


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