6 de diciembre de 2010

Comunicado N° 30 de la UCP

La Unión de Cineastas Peruanos (UCP), en respuesta a lo afirmado por el comunicado de la Asociación de Productores (APCP) del domingo 5 de diciembre, declara lo siguiente:

1. Ante los planteamientos de la UCP y de sus dirigentes por una propuesta legislativa digna para el cine peruano, y ante la preocupación que han manifestado diversos integrantes de nuestro gremio a propósito del comportamiento ambiguo de la APCP en los trámites finales de la ley de cine, la APCP ha calificado de falaces y agraviantes nuestros argumentos. Por suerte, nos avala que todo lo dicho por la UCP desde el año pasado hasta el presente está sustentado en cartas y documentos, que muchas veces hicimos públicos nosotros porque la contraparte trataba de ocultarlos. No es, como lo hemos señalado en anteriores oportunidades, haciéndose las víctimas o tratando de tapar el sol con un dedo, como se puede ocultar un comportamiento y decisiones libremente adoptadas por cada gremio, de las cuales cada uno es responsable de sus actos.

2. La comunidad cinematográfica sabe perfectamente que los dirigentes de la APCP no han tenido una vocación de diálogo permanente, y allí están las palabras de su entonces presidente Augusto Tamayo cuando el año pasado cerró las conversaciones abiertas en CONACINE. Es cierto que este año hubo varios acercamientos, el primero de ellos propiciado por nosotros, y si no se continuó no fue por culpa nuestra, ya que como bien señalan en su comunicado, luego que ellos sostuvieron que no podían dejar de apoyar la ley que promueve el congresista Raffo, quedó claro que no existía posibilidad de acuerdo entre ambos gremios.

3. No es cierto que lo que separa a ambos proyectos es un asunto de porcentajes, de alrededor del 0.7%. Eso es caricaturizar diferencias más profundas como qué tipo de legislación se quiere promover, entendiendo al cine como cultura o como un mero negocio “masificable”. Jamás nuestro gremio ha estado a favor de una ley de cine cuyos objetivos sean que se construyan más multisalas, se importen más copias de Hollywood para asfixiar la cartelera o se organicen talleres de guiones a cargo de las Majors. ¿Acaso no es cierto que el porcentaje para las regiones, los derechos laborales de los trabajadores cinematográficos y la creación y el mantenimiento de la Cinemateca se incluyeron en la nueva redacción de la Ley Procine por insistencia de nuestro gremio? ¿Por qué hablan en su carta a los congresistas de destinar el 30% para las regiones cuando en el proyecto que defienden se menciona sólo el 20%?

4. Sobre el porcentaje del impuesto, nosotros seguimos defendiendo que el 5% sea para el cine nacional, pero en aras de una negociación y flexibilización nuestro gremio estuvo dispuesto a aceptar hasta un 4%, demostrando que de nuestra parte sí había vocación concertadora, que sin embargo nunca hubo del otro lado, que se sintieron todopoderosos porque un sector del gremio de los cineastas lamentablemente lo secundaba por “realismo”.

5. Es cierto que en las conversaciones del mes de junio se discutió el posible Convenio, demandando de nuestra parte que quienes lo propiciaban lo tradujeran en blanco y negro. Y luego de revisarlo, y consultarlo con nuestra asamblea, se acordó no apoyarlo por una razón de principio elemental, que nuestra cinematografía no puede estar atada a los designios y “voluntad” de quienes dominan el mercado cinematográfico. Por eso, nos reafirmamos en la parafiscalidad, buscando una sustentación jurídica, como ha sido el caso del dictamen del Dr. Bravo Cucci.

6. Jamás hemos pensado que no hay que negociar con los distribuidores y exhibidores cinematográficos. Lo que cuestionamos son las condiciones y formas de negociación, donde se acepta todo lo que ellos proponen como si fuera algo inalterable, y se prefiere concertar con ellos antes que con el resto de los cineastas en busca de una mejor ley. Y si no se piensa que su ley es la mejor, y que sólo la apoyan por necesidad, ¿por qué encima prestarse al juego mediático de fotos y conferencias con los que ustedes mismos llaman “enemigos del cine peruano”, además de conocidos congresistas lobbystas?

7. Nadie ha acusado a los colegas de la APCP de festinar trámites en el Congreso y actuar como en los tiempos de Fujimori y Montesinos. Eso es responsabilidad de los promotores políticos de la ley que ustedes defienden, y expresa la catadura moral de aquellos.

8. Coincidimos en que es mucho lo que está en juego en estos momentos en el Congreso. Pero no es sólo un asunto de dinero, como lo quiere reducir la APCP, sino de qué tipo de cine y cultura queremos para nuestro país.

9. Por último, si en todo este proceso y discusión alrededor del tema de la ley de cine se han dado excesos e intemperancias, nadie podrá negar que ha sido por ambos lados, y ha sido en la mayoría de los casos, la consecuencia lógica de una división en el gremio que nosotros en principio no propiciamos, sino que fue el resultado de la manera como, allí sí, se festinaron acciones a favor de una ley que nunca tuvo consenso entre los cineastas.

Eso es la verdad, señores de la APCP, no a medias sino completa.

Consejo Directivo
Unión de Cineastas Peruanos (UCP)

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