Ya Christian Wiener en una anterior comunicación se ha referido a la legalidad y representatividad al interior del gremio y de CONACINE, y así en esta última institución resulta que, exceptuando a los representantes de la APCP (que representa a una parte de los productores) y el Sindicato de Actores, todos los demás representantes al CONACINE (incluyendo por supuesto a los exhibidores y distribuidores) no cuentan con entidades gremiales que los supervisen. Así, a esta “legalidad” tan solo se pueden sumar los representantes de entidades del Estado: INDECOPI e INC, además de la Presidencia, nombrada por el Ministro de Educación.
Ciertamente no se puede dejar de lado aspectos legales cuando conversamos de leyes, pero recurrir a las formalidades cuando no existe formalidad es un argumento tramposo que dice mucho de quienes lo sostienen.
Ayudemos a reconstruir un poco esta legalidad. Si como dice Augusto Tamayo firmante del comunicado de la APCP, que nos imaginamos ha sido consultado con sus bases, su institución es (una) “entidad representativa del gremio de los productores de cine del Perú, debidamente inscrita en los Registros Públicos, como consta tanto en ellos como en la Notaría Becerra Palomino”, nos imaginamos que debe de llevar actas de las reuniones (una obligación de la ley de Asociaciones civiles), no solo de las regulares, sino también de las extraordinarias, como la del jueves 11 de Junio. Como hasta ahora tal acta brilla por su ausencia, ayudémosle a Augusto Tamayo a reconstruirla;
“ En Miraflores, el 11 de junio del 2009, a las 11 de la mañana reunidos en LUNA FILMS, Manuel Bonilla 122, Dpto. 2D, Miraflores, las siguientes personas:
Fabrizio Aguilar, Augusto Tamayo, Nathalie Hendrickx, Gustavo Sánchez, Francisco Lombardi, Daniel Rodríguez, Ana María Roca Rey, Enid Campos, Josué Méndez, Sandro Rossi, Rosa María Alvarez-Gil, Alberto Durant, Judith Vélez, Rafael Zalvidea, Eduardo Cayo, y Nilo Pereira, en su calidad de productores y directores cinematográficos, representando a 11 empresas productoras cinematográficas, acordaron… etc”
Lo primero que llama la atención es la representatividad, argumento base de la “legalidad” tanto de CONACINE, como de la APCP, para “consensuar” un Anteproyecto de Ley, qjue no dudamos de calificar como lesivo a los intereses de la cinematografí a peruana. Qué alguien nos explique, por supuesto con argumentos sólidos y no con formalismos, ¿cómo 11 empresas y 16 personas, sin demerecer sus méritos, pueden representar al Cine peruano en su conjunto? Claro que el autobombo no falta en el comunicado de la APCP: “gremios activos, responsables y en real funcionamiento” (¿a cuáles se referirán?, no ciertamente a ellos)
De paso alguien nos explique también, ¿Cómo CONACINE, que por su composición y atribuciones legales debe de promover el diálogo y el entendimiento entre todos los cineastas, lo hace con tan sólo una parte de estos, una minoría además? Como bien ya se preguntó ¿Es que acaso justamente para los temas trascendentes hay cineastas de primera clase o también de segunda, tercera y cuarta?
Es interesante recordar acá un correo enviado por el propio CONACINE el 27 de marzo, cuando recién se presentó el anteproyecto de Ley Peralta, para no extendernos copiemos el encabezamiento y su culminación:
From: CONACINE1
Subject: Acciones - Reunión de Coordinación
(…)
Apoyemos esta causa. ¡CONACINE es de todos los cineastas! CONACINE
Creo que para todo el gremio será muy interesante saber ¿cómo del CONACINE de todos los cineastas se ha pasado al CONACINE de algunos cineastas y quien sabe si no terminará en el CONACINE de un solo cineasta, o para no ser excluyente: una sola cineasta ?
Tan sólo para terminar con el tema de los comunicados, es interesante destacar que el comunicado de CONACINE suscrito por la Presidencia , Sra., Rosa María Oliart, el Secretario Ejecutivo, Sr. Emilio Moscoso y no sabemos si el pleno o parte del Consejo Ejecutivo (dada la ambigüedad de la redacción), a falta de argumentos convincentes tiene un final digno de un estudio psicológico, por no decir de un filme de terror: “Actualmente no hay otra alternativa. Asumimos el reto, que los cineastas nos apoyen viendo sus beneficios y que Dios nos ayude a confiar”. ¡Arriba el mesianismo, solo los iluminados, junto con aquellos que tienen fe y no preguntan, los que tienen fe y no hablan, los que tienen fe y no cuestionan, los que tiene fe y aceptan sin mayores dudas, salvarán al Cine Peruano y al Perú)
Pero dejemos por el momento los ismos. Ya los asistentes a la reunión de la APCP y nuestros representantes en CONACINE nos ilustrarán sobre estos y otros temas más, que me imagino habrán debatido en profundidad y donde seguramente habrán habido posiciones discordantes y no siempre unánimes, como es elemental de suponer, y como se habrá registrado en actas. Centrémonos en el tema de fondo: Los anteproyectos de ley.
La actitud de CONACINE y de sus menores y mayores socios, ha cedido sin mayor consulta y con un indebido y raro apresuramiento (hasta ahora no sustentado), un porcentaje de la taquilla, mas precisamente del Estado peruano, a quienes son justamente los responsables que tengamos una de las peores carteleras del planeta y que históricamente han demostrado su permanente animadversión al cine peruano. Han cedido una de los pocos instrumentos de negociación que tenemos (el impuesto) en aras de una promesa, una contribución VOLUNTARIA, que sería refrendada por un Estado acostumbrado permanentemente a “mecer” a los ciudadanos y hasta ahora, salvo poquísimos gobiernos, que tan solo escucha la voluntad y deseo de los poderosos (entiéndase para nuestro caso las majors de producción y distribución norteamericanas) . Tendremos el deshonroso mérito de promover una ley que apoya a las “pobres empresas cinematográficas de Hollywood” para que sigan manteniendo la cartelera a su antojo trayendo (libre de impuestos de importación de copias) ya sabemos bien que calidad de productos, que por razones de higiene no menciono.
Pero ciertamente a los Distribuidores- Exhibidores (DE) no les interesaba promover una Ley. Su objetivo principal era impedir la Ley Peralta, que pese a sus limitaciones, buscaba integralmente promover el cine peruano. La ley Raffo (personaje que parecen gustarle muchos los dólares como lo muestra un vladivideo) , que como bien sostuvo un documentado artículo de Gabriel Quispe se podría llamar la Ley de los Majors, aparece como una opción de bloqueo y de paso si prosperaba buscar ganarse no “alguito” sino bastante, con el maravilloso cuento de que ahora si se preocupan de la libertad de creación, la educación y cultura de nuestro pueblo (Exposición de motivos) y la atención a “los sectores de escasos recursos del pais” (art 11 del anteproyecto de Ley 03339 ).
Pero ¿por qué cambiamos nuestro principal instrumento de negociación (el impuesto) a cambio de una promesa (el aporte voluntario)? es algo que hasta ahora ni CONACINE ni la APCP explican convincentemente más allá de formalismos.
Veamos sin embargo, para no negarles tampoco que han hecho al menos el ejercicio de intentar explicar las cosas, algunos temas mencionados en su comunicado: (no voy a desarrollar otros ya señalados por otros colegas en muchos correos en Cinemaperú)
Cito del comunicado: • CONACINE ha hecho un análisis profundo, reflexivo y responsable de esta propuesta y considera que pese a su imperfección, optando por un pragmatismo anclado en un contexto determinado, viendo su ángulo positivo, la apoyamos.
Sería interesante saber un poco más del análisis “profundo, reflexivo y responsable” realizado: ¿cuándo, cómo, dónde, por quiénes? Y que nos desarrollen esa maravillosa frase: “un pragmatismo anclado en un contexto determinado, viendo su ángulo positivo”, palabras que nos recuerdan no sólo lo peor de la década pasada, sino también de la presente, sobre todo en estos días. El pragmatismo, como bien sabemos es generalmente la excusa para el oportunismo y la claudicación de principios, el camino directo hacia el autoritarismo.
Pero la “actitud pragmática” de CONACINE, “jugando en pared” con la APCP fue más allá de entregar el impuesto a cambio de la nada (una promesa) sino que les ha ofrecido a los Distribuidores- Exxhibidores un regalo magnífico en bandeja de plata: la división del gremio. Jack Valenti, el otrora mandamás de la MPAA, que viajaba en avión del Departamento de Estado norteamericano a entrevistarse con los presidentes cada vez que un país se planteaba una Ley de Cine, debe de estar feliz en su tumba, relamiéndose con la irresponsable actitud.
Para terminar:
- En lo inmediato hay que detener toda gestión sobre el anteproyecto de Ley Raffo.
- Es necesario someter a un debate amplio, representativo e integral los dos anteproyectos.
- Es importante que los negociadores, los elegidos, si se mantienen, y los por elegir estén presentes en todas las negociaciones, manteniendo además una permanente información al gremio.
- Transparencia en la gestión y la información, no solo sobre el tema de la Ley sino sobre todo a la gestión de CONACINE.
- Es sumamente importante avanzr en al formalización del gremio or un lado y de CONACINE por otro. La informalidad se presta al amiguismo, tal vez inevitable en un gremio como el nuestro, pero también al descontrol.
- De inmediato sobre CONACINE: Que se ponga al día la página web, que se actualice cumpliendo la Ley de transparencia administrativa, que las reuniones de CONACINE publiquen las actas, que nuestros representantes nos informen (hasta ahora no sabemos que labor han cumplido y cumplen), en fin un largo etc., sobre el accionar de una institución que pareciera ser propiedad de unas cuantas, poquísimas personas.
A los que han llegado hasta acá, Gracias por su interés.
Nos vemos en el CINEMATOGRAFO, hoy miércoles 24 de junio a las 7.30 p.m.
Francisco Adrianzén Merino
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