Una precisión, ahora que la Presidencia del CONACINE se ha puesto tan legal y formalista respecto a los cineastas. Los distribuidores y exhibidores, que también integran el Consejo Directivo, tampoco tienen un gremio o asociación formal e institucional que actualmente los represente (la CONAEXCI, de poco grata recordación para muchos del gremio, ya es historia pasada). Estos señores gozan de un régimen especial en el CONACINE, pues no participan de las elecciones anuales sino que designan en sus oficinas, supongo que a dedo porque nunca hay un padrón ni registro de votantes, a sus delegados al Consejo. Eso tal vez explica porque el representante de los distribuidores es siempre alguien de las “Majors”, y no uno independiente. Hay que agregar que tampoco son muy democráticos que digamos, porque a principios de este año, por ejemplo, estuvieron a punto de solicitar la vacancia de sus actuales representantes, Mario Garavito y Luis Dager, porque supuestamente no habían sido muy firmes para oponerse al proyecto del Congresista Peralta.
Por supuesto, no me opongo con eso a que CONACINE converse, negocie y hasta “consensue” con estas personas, a pesar de su falta de institucionalidad e informalidad gremial, sino que NO se aplique el mismo trato con todos los cineastas, pertenezcan o no a la APCP (que es sólo para productores y directores). Esperemos que no sea una reedición del viejo lema de la república aristocrática: “a mis amigos todo, a mis enemigos, la ley”.
Atentamente,
Christian Wiener Fresco
Lima, 20 de junio del 2009
20 de junio de 2009
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