Querido Pancho,
Me parece bien intencionada tu invitación a suscribir el comunicado que adjuntas. Veo también que entre las personas que ya lo han hecho se encuentran muchos de mis amigos y diversas personas por quienes yo siento además de amistad –empezando por ti- ya sea cariño, simpatía, admiración o todos estos sentimientos juntos, dependiendo del caso; lo que me podría llevar a pensar que probablemente yo deba estar equivocado y que mi INVITACIÓN A NO SUSCRIBIR TU COMUNICADO me pueda hacer ganar la antipatía y hasta la tirria de algunos de mis colegas firmantes.
Y sin embargo, ya que yo también cuento con ese “elemental derecho democrático” que aludes en tu mail, yo quisiera dar mi opinión invitando a los que ahora me leen a NO SUSCRIBIR TU COMUNICADO, y exponer mis razones.
Primera razón:
Actualmente existen dos proyectos de leyes que, a mi entender, NO SE EXCLUYEN, SINO QUE SE COMPLEMENTAN.
Uno, el que promociona el congresista Johnny Peralta que, aparentemente, tiene el consenso de todos nosotros, pero lamentablemente no tiene el consenso más importante: el de los congresistas, o sea que en la práctica, por el momento sus posibilidades de ser promulgado como ley, son nulas.
El otro, es el que promocionan los congresistas Carlos Raffo, Luis Galarreta, Luciana León e Isaac Mekler que, decididamente, no tiene el consenso de nosotros, pero en cambio si cuenta con el consenso de los congresistas y sus posibilidades de ser promulgado como ley son mayores.
Yo quiero ser pragmático: si es ése el caso, aunque no me parezca una situación ideal, pienso que hay que aprovechar de la poca ganancia que nos pueda dar que, por lo menos en lo inmediato, financieramente nos va a beneficiar con un presupuesto para el CONACINE de más del doble del actual, a distribuirse entre los diferentes premios de los próximos años.
Segunda razón:
Yo SÍ creo que lo que se debe buscar en una ley de cinematografía es SOBRETODO conseguir UN APOYO FINANCIERO.
Cuando yo me veo a mí mismo como cineasta, primero me veo como un creador que para poder hacer realidad su deseo de contar una historia en imágenes necesita de un dinero que aún no tiene y que además sabe de antemano que se está embarcando en una aventura muy riesgosa en la que tiene mucho que perder (y esta vez no sólo me estoy refiriendo al aspecto financiero). Para mí, entonces, como cineasta, yo me veo primero como director y luego como productor (y que como tales yo y mi empresa estamos inscritos en el Conacine) y en ambos casos lo que busco es asegurarme el mayor apoyo financiero.
Aunque a muchos no le guste mi siguiente reflexión, opino que una película empieza por un director y un productor pues éstos son las locomotoras de todo proyecto cinematográfico y eso de buscar el consenso de: “todos los sectores de la cinematografí a nacional sin distinción alguna” me parece demagógico, pues todos los demás cineastas que no caigan en estas primeras categorías no sólo dependen de estos locos aventureros, sino que no asumen ninguno de los riesgos que éstos si hacen.
Por lo tanto, dado que además fui uno de los consultados de “ese grupo de productores que no representa la voluntad e interés del conjunto de la comunidad cinematográfica” , reafirmo mi posición: soy totalmente consecuente con la decisión que tomé y no voy a suscribir un comunicado que no sólo me contradiga, sino que además INVITO A QUE HAGAN LO MISMO TODOS AQUELLOS QUE ESTUVIMOS EN ESA REUNIÓN de la APCP que injustamente nos presenta como actores clandestinos que proceden “sorprendiendo” a sus colegas.
Tercera razón:
Tu “debate amplio y descentralizado” lo único que va a conseguir es que suceda lo mismo que ya sucedió anteriormente: en vez de “proporcionar al Congreso los instrumentos necesarios para dotar al país de una legislación moderna...”; presentará a los cineastas como un gremio divido, anulará a los dos actuales proyectos de ley ya mencionados y perderemos soga y cabra: una vez más nos estaremos disparando a los pies.
Al final, con todo lo que nos quedaremos será con un nuevo proyecto de ley, esta vez muy nuestra y consensuada, “realmente promotora de nuestra industria y cultura cinematográfica y que esté al nivel de los estándares legislativos sobre la materia en América Latina y el mundo”... que se debatirá para las calendas griegas. Pero claro, todos nos quedaremos con ese maravilloso sentimiento de haber batallado por un sueño de una ley más justa que algún día se hará realidad.
Bueno Panchito, ésta es mi opinión más sincera. Sin embargo, créeme, me encantaría estarme equivocando y que el futuro te diera la razón. Lamentablemente estoy convencido que esta vez estoy con los pies más sobre tierra que tú.
Un abrazo,
Rafael Zalvidea
Lima, 26 de junio 2009
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